La insulina es una hormona producida por el páncreas y que está en nuestro organismo a lo largo de toda nuestra vida, por lo tanto llama la atención que haya tantos mitos e incluso rechazo hacia ella cuando se trata de usarla para manejar la diabetes (condición en la que el cuerpo no produce o aprovecha ineficazmente la insulina).
Su producción en el cuerpo corresponde a las necesidades de energía (glucosa) que son distintas en cada momento, por ejemplo cuando hacemos ejercicio, cuando estamos en casa sentados frente a la computadora, cuando somos adolescentes (y estamos en desarrollo) o cuando una mujer está embarazada; en todas estas situaciones la energía (glucosa) siempre es necesaria.
El requerimento de energía (glucosa) obtenida por nuestro cuerpo en el consumo de alimentos debe ser diferente para cada persona (dependiendo de su edad, estado de salud, ejercicio y diversas ocupaciones) y la insulina nos permite disponer de ella y regularla.
Cuando vivimos con diabetes el uso de insulina es necesario de acuerdo a la capacidad que tenga nuestro organismo de mantener los niveles de glucosa en rango normal, por lo tanto la medición es el punto de partida para decidir si necesitamos insulina:
Cuando vivimos con Diabetes tipo 1, la insulina se requerirá desde el momento de su diagnóstico (dado que el páncreas ha dejado de producirla), la cantidad se debe ajustar con base en las necesidades de cada persona y recomendadas por su médico tratante. En las personas que vivien con Diabetes tipo 2, el páncreas puede ser capaz de producir insulina; sin embargo, a lo largo del tiempo esta capacidad puede disminuirse o perderse, requiriendo el uso de dicha hormona para lograr mantener los niveles de glucosa en niveles saludables.
El efecto de la insulina que se administra en personas con diabetes debe ser individualizado por muchos factores, por ejemplo: la hora del día, los alimentos consumidos, el nivel de actividad física, el estado emocional, el clima etc. Por lo tanto es importante aprender a usarla adecuadamente, instruyéndonos con un equipo de profesionales de la salud y/o Educadores(as) en diabetes. También se debe adquirir un buen hábito de automonitoreo de glucosa, pues será de gran ayuda para entender cómo funciona en cada uno de nosotros.
El autoconocimiento es la mejor forma de usar correctamente la insulina y así restituir en nuestro organismo la capacidad de usar la glucosa (energía) para lograr nuestros objetivos de vida y evitar variaciones (altas o bajas) de glucosa que a largo plazo provocan complicaciones irreversibles en todo el cuerpo (principalmente en ojos, riñones y extremidades).
Existen varias insulinas en el mercado, aunque habitualmente se requieren dos tipos:
La forma de administración también es importante cuando se utiliza insulina, esta puede administrarse de diferentes maneras:
La principal diferencia radica en el costo y también en las preferencias de cada persona que las utiliza.
En conclusión, la insulina es la solución mas relevante en el manejo de la diabetes (cuando los niveles de glucosa son muy altos), su manejo es un reto y las opciones actuales son múltiples. Su uso adecuado ha demostrado de manera clara que las complicaicones crónicas se reducen de manera importante viviendo con diabetes.